Tuesday, May 29, 2012

Querido Diario


I
Querido Diario:
XXX XXX XXX X XXXXX XXXX XXXX XXXXXXX XXXX XXXX XXXXX
XXX XXX XXX X XXXXX XXXX XXXX XXXXXXX XXXX XXXX XXXXX
XXX XXX XXX X XXXXX XXXX XXXX XXXXXXX XXXX XXXX XXXXX
XXX XXX XXX X XXXXX XXXX XXXX XXXXXXX XXXX XXXX XXXXX
Lizzy
Querida Lizzy:
Sé que nunca leerás esto, pero no puedo dejar de expresarlo; lo necesito para desahogarme. ¿Cuándo carrizo vas a dejar de escribirme tanta estupidez? ¿Qué te hace pensar que me interesan tus cosas? ¿Por qué, en vez de ponerte a hacer algo productivo, como estudiar matemáticas, -materia en la que vas tan mal y que tus padres no saben aún que raspaste este lapso- no paras de anotar tantas tonterías en mis delicadas páginas? ¿Crees acaso que no me canso de ser el soporte de tus dudas, tus frustraciones, tus deseos íntimos y tus secretos?
            Si supieras cuánto anhelo una mente analítica, pensante, que ponga sobre mis hojas historias, poesía, acontecimientos relevantes y no esta sarta de episodios juveniles que a nadie más importan sino a ti. ¡Cómo me gustaría echarte en cara tu necedad!
¿Cómo puedes pensar que me importa tu primer beso, la fiesta de Ángel, que peleaste con tu mejor amiga, Adriana, porque le hacía ojitos a Julián, a quien te has pasado todo el año tratando de echarle el guante sin que te haga el menor caso? ¿De dónde sacaste la idea de que escribir un diario es relatar hasta la más mínima espinilla que te ha salido esta semana? ¿No te da pena anotar tantas idioteces? Imagino que sí, ya que me tienes tan escondido.
            ¡Ah! Si supieras lo que yo sé. Cómo disfrutaría contándote que tu primo Héctor ha encontrado mi guarida y ha pasado horas burlándose de tus cándidas confesiones. Cuánta felicidad embargaría mis páginas si pudiera ver tu expresión bobalicona ante semejante descubrimiento. Pero es que eres tan tonta que no puedes darte cuenta. Y cuando tu primo bromea sobre tus supuestos secretos, te horrorizas y le echas la culpa a tu ex mejor amiga, Adriana, porque ¿quién sino ella sabría esas cosas? Y se te olvida que has dejado testimonio de cada una de tus infantiles “proezas”.
            ¡Oh! ¡Vaya un cruel destino el que me ha tocado! Cómo quisiera ser, aunque fuese una libreta de Geografía. En mala hora caí en tus manos, Lizzy. ¡García Márquez: ven y rescátame!

Tu querido diario
II
Ya no Tan Querida Lizzy:
Cualquier cosa hubiera sido preferible a este tormento: ser la libreta de anotaciones de un abasto; la agenda negra de un playboy; la libreta de teléfonos de un periodista; el primer cuaderno de un niño pequeño que a fuerza de torpes trazos descubre las maravillas de la escritura; hasta un cuaderno cuadriculado en que los números no dieran paso a las letras… Todo sería mejor que esta cantaleta de niña mimada, insufrible y fatua.
Ya que soy un diario, ¿por qué no ser el de un asesino, que relate con señas cada uno de sus actos atroces, justificándolos con la más inefable locura…? Yo aceptaría escudriñar en su alma perversa, me nutriría de sus experiencias y acabaría convertido en best-seller. Pero no. Mi desafortunado sino me trajo a las manos de esta innoble niña que abusa de mi paciencia, de mis finas hojas de hilo, de mis delicados márgenes, corrompiendo mi naturaleza con las peripecias de sus frivolidades, de su insensatez.
Tiemblo cada vez que abres mis solapas y comienzas a enumerar tus banalidades sobre mis acongojadas páginas.
¡Oh, oh! Aquí vienes otra vez. ¡Y estás llorando! ¿Qué nuevo capricho te habrán negado tus padres? ¿Qué insano deseo se habrán negado a cumplir?
¡Oh, no! ¿Cómo te atreves a salpicar con tus lágrimas mis hojas, a hundir tu mocosa nariz en mi atribulado cuerpo?
¿Ahora qué? Julián se empató con Adriana. ¡Vaya! ¡Qué sorpresa! ¡Es que eso era obvio, muchacha! ¿Cómo puedes ser tan ciega?
¡Ay! ¿Cómo osas lanzarme contra el piso? ¿Acaso soy yo el culpable de tu acné en plena ebullición?
Tu querido diario
III
Cada Vez Menos Querida Lizzy:
            Tienes días que no asomas la nariz. ¿En qué andarás, muchacha insensata? Claro, estás de vacaciones. No tienes tiempo para dedicarle a tu querido diario. Estás de rumba en rumba, de la playa a la montaña, de un lado a otro, disfrutando tu vagancia. Y yo aquí. Aprisionado bajo la almohada, como si hubiese sido yo el que raspó dos materias.
Pero es bastante atribuible a tu naturaleza tal actitud. Yo estoy ahí para los días de escuela, aburridos, molestos, en los que cualquier excusa es buena para no repasar Historia, ni hacer los deberes de Castellano. ¡Claro! Ahí está tu “querido diario” para que tus papás te vean escribiendo algo, aunque no tengan idea de qué, camufladas mis solapas con el libro de Inglés. ¡Tamaña desvergüenza!
            Pero, a decir verdad, no te extraño. Antes bien, disfruto tu ausencia y distraigo estas largas horas de abandono imaginando que, por inexplicables giros del destino, Cabrujas ha venido a salvarme. O Sartre, o Alejandro Dumás.
            ¡Qué hermoso fue el sueño en que me veía yo en aquel bohío cubano, trajinadas mis hojas y escritas hasta en los márgenes por Ernest Hemingway! Y hasta aluciné la historia que me estaría regalando: una nueva versión de El Viejo y el Mar, adaptada a los nuevos tiempos. Ahora el pez enorme era un submarino que Jacques Cousteau le había pasado el dato de su ubicación en el océano… Bueno, confieso que aquí di al traste con Hemingway… Creo que de algún modo, tu cercanía me ha contagiado de superficialidad. Ni yo mismo soy capaz de crear algo que valga la pena.
            Pero, si a ver vamos, es natural; mi condición de diario me hace sólo receptor de las ideas, no tengo que inventar yo mismo lo que vaya a quedar plasmado en mis páginas. Pero es que tú no ayudas mucho, sinceramente.
            Sólo espero que tus vacaciones se prolonguen y pueda yo seguir alimentándome de fantasías, pues, al menos, las mías son más interesantes que las tuyas.
Tu Querido Diario
IV
Cada Vez Más Lejos de lo que es Ser Querida Lizzy:
            ¡Se acabó la paz! ¡Has vuelto! Y has venido derechito a derramar sobre mí en chorros inclementes toda cosa a tu juicio extraordinaria que te aconteció.
            ¡Volvemos a las andadas!
Tu querido diario
V
Definitivamente No Querida Lizzy:
            ¿Así que estás próxima a graduarte? Si supieran tus padres lo que tuviste que hacer con el profe de Historia para alcanzar el escurridizo punto que marcaba la diferencia entre recibir el diploma con tus compañeros y quedarte en casa castigada por un año.
Tu querido diario
VI
Antónimo Ambulante de la Palabra “Querida” (Lizzy):
            Cuantas más cuartillas escribes, más me convenzo de que eres un insulto a mi inteligencia. Cada renglón es una herida mortal que infliges en mi vapuleada humanidad. Con cada palabra mal escrita me pongo en los zapatos de Andrés Bello y acabo huyendo descalzo. Estoy seguro de que si Simón Rodríguez resucitara, ¡se volvería a morir por tu culpa!  Cada corazoncito sobre la i destruye mi esperanza de un futuro mejor.
            No concibo un destino más horrible que el mío.
Tu querido diario
VII
Lizzy:
            Últimamente, me ha dado por creer en la reencarnación. Esta tortura contigo es sólo un breve tránsito. Pronto reencarnaré en un Atlas y haré una vida nueva con una novela de Dostoievsky y tendremos una enciclopedia de varios tomos y seremos felices por toda la vida en nuestros cómodos aposentos, los anaqueles de la Biblioteca Nacional. Y ya ni me acordaré de que a tu lado me sentía como la Biblia en manos de un hereje, porque estaré entonces clasificado, codificado, con mi propio ISBN y nunca más anónimo, formando parte del patrimonio cultural de la Nación.
Tu querido diario
P.D.: Tal vez hasta tenga un affaire con una enciclopedia multimedia.
Marianella Alonzo A.
2002

Thursday, May 08, 2008

SHOÁ

Si creen que me humillan

por el despojo del que soy objeto

por pintarme esta estrella amarilla

por escupir mi nombre y mis afectos


por sacar el oro de mis arcas

de mis enseres y mis dientes

por ponerme de rodillas

y marcarme la bota en la frente


por desnudarme a la intemperie

y vejarme cobardemente

por esquilarme y maldecirme

por aislarme y ofenderme


por quitarme la voz

que para quejarme sirviera

para escuchar la sinrazón,

por asolar mi aldea


si con destruirme a mi bastara

si con aniquilarme ya pudieran

desalojar de mi alma la palabra

y la fe que me salva aunque yo muera


si con eso bastara, habrían triunfado

pero aquí estoy, como ven, fortalecido,

los cristales rotos me han herido

pero mi fe no han quebrantado


si mi cuerpo frágil y aterido

soportó el horror y la vileza,

ya ven, con mi alma no han podido

es en ella que está mi fortaleza.-


Marianella Alonzo

20-08-2004

Entre volar y vivir

Elige volar, que es vivir

Elige volar, que es más grande y llena más

Elige volar, porque sin volar vives a medias

Elige volar, que es más que sentir,

Experimentar, soñar o creer,

Elige volar, aunque parezca menos,

Elige volar, que es más contundente,

Elige volar, que volando vives más veces

Y aprendes más, y sangras más, pero sufres menos,

Elige volar, aunque sea más solo,

Porque entenderás y te aliviará estar contigo,

Elige volar, y saberte, y descubrirte,

Y sólo vivir te parecerá poco,

Elige volar y te llenarás de más cosas

Que podrás derramar y compartir,

Que aunque otros no entiendan

Estarás por encima,

Elige volar, no te conformes con sólo vivir

Elige volar y tendrás más mundos para escoger,

El que vive pasa, el que vuela permanece,

Convéncete

Y entre volar y vivir

Elige volar.-

Marianella Alonzo

12-11-04

Complicado

Decidir a dónde ir, qué ponerse

Controlar las emociones

Dejar de fumar (aunque nunca lo he intentado)

No dejarse llevar

Decir lo apropiado

Complacerlos a todos

Dejar la cama en la mañana

No preocuparse por el dinero

Sonreír con dolor de estómago

Asumir a los demás como han venido

Aceptarlos como son, sabiendo

Que no te aceptan a ti

Negarle al alma el vuelo

Decidir cosas todos los días

No pensar en lo que habría sido si…

Aplaudirle al bufón la payasada

Fumar mientras te bañas

No comer todos los días

No dormir todas las noches

Acordarse de los sueños en la tarde

Pretender que te entiendan

Convivir sin roces

Volar sin alas

Ocultar la tos

Tocar el alma de los que no se dejan

Moverle el piso a un volcán

Cambiar maneras de pensar

Lograr que todos se miren para adentro

Y sean más felices

Que los mayores confíen en ti

Confiar en ellos

Despertarse enredado en la colcha y sin almohada

Salirse de ese envoltorio

Hacer que vuelen los que no te creen

Convencerlos de que es posible

De que es mágico

De que es importante

De que vale la pena.-


Marianella Alonzo

19-08-2004

AJENA

Yo, distante de sus cosas,

Lejos e ignorada

Como una patria ajena

Sin motivos para hablar

Sin nada que buscar

Con pena

Separada de esa vida

Que influía tanto en la mía

Y que apenas adivinaba

Sin saber lo que pasaba

Si era tristeza, apatía,

Soledad, rabia, agonía

Ajena, alguien que pasa y despasa,

Que nunca habita la casa

Que nunca deja una huella

Qué importa si es sabia, buena,

Que importa si es triste o bella,

Sólo importa que es ajena

Ajena a lo que sus labios pudieran decir

Ajena a lo que pudiera sentir

Yo era ajena a su alegría

Ajena a su melancolía

Ajena a lo que siente o piensa

A lo que sueña o a lo que huye

Pero no es eso lo que destruye

No es ésa la carga inmensa

Es peor la certidumbre

De ser menos que un recuerdo

Menos que un murmullo

Ni por rencor ni por costumbre

No ha nacido lo ya muerto

¿Por ignorancia? ¿por orgullo?

Siempre ajena, cosa ignota

Isla lejana y remota

Que no altera la conciencia

Alguien en quien no se piensa

Que no cambia tus humores

Que no es de tu incumbencia

Que no afecta tus colores

Ni perturba su presencia

Que poco importa, en total,

No es ni incómoda ni amena,

Es sólo como que no está,

Y es inerte, remota… ajena.-


Marianella Alonzo A.

11-09-06

Disciplina

¿Disciplina? ¿Escribir con disciplina? Eso suena leeeeeeeeeeejos.

¿Se podrá hacer? ¿Escribir regularmente, o religiosamente, o sistemáticamente, o dis-ci-pli-na-da-men-te?

¿Y eso no sería escribir por escribir, como un robot? ¿No sería dejar el alma a un lado para darle paso a la “técnica”, a la “forma”, al “estilo”? ¿Y si el alma no tiene técnica, ni forma, ni estilo…? Escribir sin poner el alma no es escribir de verdad. Y ya. Confieso que esto era un ejercicio y ya me aburrí. ¡Qué indisciplina! ¿no?

Marianella Alonzo

13-05-05

La Verdad (Versión Light)

La verdad, la verdad, es que ha sido dura la faena. Ha sido un tiempo muy duro el que me ha tocado vivir. He visto caer los sueños a pedazos. He sufrido angustias indecibles y dolores audaces. Me han dolido hasta las partes del cuerpo que no me sé. He sido herida por todos los flancos. Se me ha debilitado el cuerpo pero fortalecido el espíritu. Hoy tengo más cosas que contar y cosas por qué vivir. Tengo cosas entre manos que, a veces, ha parecido que se me escapaban, pero he logrado asirlas de nuevo, con más fuerza. El dolor ha depurado mis emociones. No te creas que eres el motivo de este dolor, pero eres parte de él.


Que mi soledad haya probado los límites, no es sino una prueba más para mi atribulada existencia, que he soportado con una entereza que a mí misma me asombra. Que el mundo haya llegado a parecerme un asco, era una consecuencia de mi pesadumbre, que me hacía presentir catástrofes y hecatombes a cada vuelta de esquina, a cada parpadeo. Que cada nuevo intento me pareciera desde el comienzo un fracaso, era ya parte del juego, de la dinámica que se desarrolla en los que ya nada esperan, los que ya no se cuentan, los que, a fuerza de acumular tristezas, vemos la vida como algo que no nos incumbe y a la felicidad como un souvenir que a nosotros no nos toca, porque llegamos tarde, o porque nunca llegamos, o porque llegamos a dónde no era.

Que haya sufrido más reveses de los que creí poder aguantar, me ha mostrado mi insospechada fortaleza. Que esté saliendo ahora del abismo, no es una coincidencia. Pero que mis angustias te hayan sido ajenas; que mis proyectos más queridos (y objeto de casi todos los pesares) no hayan contado con tu observación; que mis horas terribles te hayan pasado desapercibidas; que mi disposición para arreglar las cosas te haya resbalado por el contorno más liso de tu humanidad indolente; que mis brevísimos instantes de ingenuidad esperanzada (que, igual, rodaron por el despeñadero de la realidad monstruosa) no te hayan tenido ahí para compartirlos; que mi alma moribunda haya renacido y vuelto a morir, y vuelto a nacer, en un incesante, tortuoso, doloroso, angustiante y solitario devenir, sin que haya estado tu hombro, ni tu mano, ni tu dedo meñique del pie derecho; que no haya podido contarte, contagiarte mis chispazos de alegría, preguntar tu opinión, mostrarte los poemas más sentidos que jamás he escrito, involucrarte en mi aventura, atiborrarte de irracionales ideas, marearte de tanto hablar de lo mismo, llamarte en el peor de los momentos, contar contigo, a fin de cuentas… Para eso si no tengo explicación a mano. Para eso si no tengo la respuesta ni la justificación. Para eso no hay excusa que me valga. Porque seguí creyendo en ti y me siguió doliendo. Porque seguí extrañando tu amistad. Porque creí que era amistad lo que había. Pero ahí vamos. Ya me estoy acostumbrando a las pérdidas.

Marianella Alonzo

07-07-05

Las necesidades de los martes

Mis semanas comienzan los martes. Porque los lunes son como una semana completa para mí. Hoy es martes, y cuando pienso en lo que hice ayer me parece tan lejano, como si muchos días hubieran pasado entre mi lunes y mi martes. Por eso, cada martes es un renacimiento. Porque tengo un tiempo (que en otros días no tengo) para revisarme, para toparme conmigo, para sentirme fatigada o abrumada y planear las cosas que debería estar haciendo en lugar de sólo pensar en ellas. Es como un fin de año en que se hacen promesas que el devenir convertirá en viento. También por eso son duros, pesados; a veces, me visitan ideas grandiosas, otras, brillan por su ausencia. A veces, me aflijo más de la cuenta y otras, me lleno de una energía misteriosa que no sé a qué obedece, porque cuando analizo las cosas, me doy cuenta que las circunstancias no han cambiado. Me pregunto cómo se puede ir de un ánimo lúgubre a una euforia mental, sin estados intermedios, sin que medien razones lógicas. Por lo visto, sólo a los locos les pasa. Pero eso no me sorprende.

No se trata de ser diferente, sino de hacer la diferencia.

Marianella Alonzo

13-09-05

Wednesday, May 30, 2007

LAS COSAS

Las cosas

Vale cambiarlas de lugar, sin darles mucha importancia. Vale ponerles nombre y jugar con ellas. Decidir sobre ellas, desecharlas o guardarlas, valorarlas, no por lo que son sino por lo que representan. Y sin embargo, ¿qué importa? Seguirán siendo cosas con el transcurrir del tiempo. Y llenarse de cosas, hace pesado el transitar por la vida. Es mejor quedarse con la magia que produjeron una vez y luego mirar en otra dirección, buscando nuevas cosas que nos vuelvan a tentar.


Las gentes

Vale escucharlas y aprender. Vale brindarles lo bonito que tenemos. Vale compartir con ellas lo que aún se pueda compartir. Y después dejarlas volar. Que también ellas nos despacharán para vivir su propio momento. Vale olvidarlas y seguir, o seguir sin olvidar, pero siempre seguir. Lo que no vale es aferrarse y quedarse varado en la mitad, impidiendo el crecimiento de todos. Es mejor tocar y después mirar de lejos, que así el recuerdo será más grato.


Las palabras

Vale ponerles acentos. Escribirlas y decirlas correctamente. Vale conocerlas y entenderlas, para usarlas sabiamente. Vale repetirlas si hace falta. O usarlas para dibujar las ideas, o para describir emociones, aunque siempre se queden cortas. Vale decir con verdad y valentía. Vale pensarlas muy bien antes de decirlas. Que las palabras vuelan, es verdad, pero en algún lado caen.


Marianella Alonzo

17-02-2004

DIÁLOGO DE SORDOS

(cualquier semejanza con la realidad, es puuuuuuura coincidencia)

-Buenos días.

-No. María no está.

-Bien ¿y usted?

-No. José tampoco.

-¿Agua de coco? Si, sería bueno. Hace un calor del infierno.

-Ah, si está enfermo, tómese algo. No debería andar por ahí.

-No, el mío sin anís. Aaahhhh… ¿Qué le parece como están las cosas?

-No, hace tiempo que Rosa no viene. Ya usted sabe como están las cosas.

-¿Lechoza? ¿Se le acabó el coco? Bueno, será. Igual refresca.

-Una cosa es lo que parezca y otra la que es en realidad. No podemos seguir así.

-No, ya le dije que sin anís. Esto es terrible, cada día estamos peor.

-Eso es cierto. Es insoportable el calor. Pero cuando vienen las lluvias, entonces la gente también se queja.

-Ah, no. Si está vieja, no. La lechoza vieja es muy mala.

-Sí, señor. Pico y pala, todo el día. Y no llegan a nada. Pasan los días y el país no camina.

-Yo tampoco tengo gasolina. Hice una cola de diez horas y cuando llegué, se había acabado.

-Usted lo ha dicho: un pecado. Es inconcebible que no se haga nada para superar la crisis que vive el país.

-Que no. Sin anís. A estas horas yo no tomo.

-¿Y usted cree que yo no? Yo también me parto el lomo, como dice usted. Pero todos tienen que poner de su parte.

-El arte no tiene vida en este país.

-¿Con anís?

-No, no he visto a Luis. Pero me han dicho que anda con Alejandro.

-Si, eso es verdad, hay mucho malandro. ¿Cuál le parece a usted que es la salida?

-Tiene razón: esto no es vida. Pero yo creo que podemos llegar a una solución.

-Exacto: la comunicación. Eso es lo más importante. Tenemos que aprender a escuchar.

-Por supuesto que hay que luchar. ¿Sabe que creo yo? Que hay un problema de comunicación, de entendimiento.

-A mi también me da sentimiento, pero es que tenemos que prestar atención, escucharnos, comprendernos.

-¡Claro que es un infierno! Y es por eso mismo, porque la gente no escucha a los demás.

-¡Claro que queremos paz! Todos la queremos. Pero si no afinamos el oído y tratamos de entender al otro, de aceptar sus razones…

-¡Por supuesto que tengo pantalones! Yo soy uno de los que más se preocupa por esta situación y estoy presto a dialogar.

-Aquí nadie se va a ahogar. No sea pesimista. Es cuestión de conversar y escuchar atentamente.

-Sí, había bastante gente. Pero lo más importante, como ya se lo he dicho, es entendernos, conversar como usted y yo ahora.

-Las cinco y diez.

-¿Cómo que no es? Esa es la solución: saber escuchar.

-Bueno, si se va a duchar, lo dejo.

-Más pendejo será usted.

Friday, June 23, 2006

Contra… ¿qué?

Es una contradicción ir contracorriente
O una contraindicación
Contrarrestar a la contraparte
Pero las contraseñas no son contra reembolso
Y el contraataque es la contrafigura
En la contradanza a contraluz
Que se contrapone como contraorden
De lo contrahecho.

Contradecir y contraindicar
Son las armas de los contrarios
Que contravienen y contrapuntean
Sin reparar en los contratiempos
Y lo contraproducente de su contracción.

Fácilmente contrastable este contrasentido
Con la contrariedad del contrapeso
Que ejerce aún contra natura
La contrapartida de la contramarcha
Que contra toda lógica la contraría.-

Marianella ContrAlonzo

Monday, April 03, 2006

Fe de Erratas

Cuando dijimos “lo siento”, queríamos decir “¿Quién te manda?”;
Cuando preguntamos “¿qué tal?”, queríamos decir “¡qué me importa!”;
Cuando no había nada que decir, soltamos un disparate y nos reímos,
cuando en realidad, queríamos salir de allí y mandarlo todo al diablo.
Cuando dijimos “Señor”, quisimos decir “Eh, tú”;
Cuando fue “permiso”, lo cierto era un “¡Quítate!” que teníamos atorado en la garganta.
Cuando saludamos “Buenas noches”, la realidad era que nos importaba un pito la noche que estabas teniendo.
Cuando dijimos “Que te vaya bien”, qué cuerno nos importaba cómo te fuera.
Y si acaso nuestra respuesta fue un “sí, ¿cómo no?”, lo cierto era un “¡Qué lata!” que se nos quería salir.
Cuando nos toque despedirnos y decir “hasta luego”, comprenderás que, la verdad, no queremos verte más.-

Marianella Alonzo

1999

Wednesday, February 08, 2006

Poemae Absurdum

Ab absurdum
Absurdum vitae, tedium vitae
Pensamientis poisonae
Ridiculus horribilis
Tropizonis a cadaratus
Tonteriaes in mentis
Mentis in albis
Absolutum ladillae
Vox populi, vox Dei, Sicomonous!
Utis posidetis juris
Ad alcancem
Cogito, ergo sum
Plus ultra, triana vergus
Morituri te salutant
Tristorium per secula
Unita per capita
Cada unus conlosuyus
Mea culpa, delirium tremens
Aquarium contra natura
Pensum
Ergo existum
Mutatis mutandi
Jodendis jodenda joda
Purum pajae

Marianellus Alonzus
XI – II - MMIV

Monday, January 30, 2006

SER DIFERENTE, ES NORMAL

¿Se puede ser normal siendo diferente? Tras la aparente contradicción, está el hecho puro y simple de que es “normal” que todos seamos diferentes. Porque somos individuos, principalmente, y la individualidad, según el diccionario, “es la calidad peculiar de una persona o cosa”.

Mientras que ser “normal” se refiere a lo que está apegado a las normas, ser “diferente” no necesariamente implica romper con ellas, sino que pueden ser aplicadas, ejecutadas o asimiladas en forma distinta.

Todos tenemos nuestras peculiaridades, vemos las cosas desde distintos puntos de vista, actuamos de manera distinta en ocasiones similares, respondemos en forma diferente a un mismo estímulo. Ser de la misma especie, pertenecer a un mismo grupo social, religioso o cultural, no nos impide el libre pensamiento, la convergencia o divergencia de nuestras ideas con lo planteado por el común. Somos parte de algo, pero lejos de limitarnos este hecho, nos permite enriquecerlo con nuestra propia visión.

La “normalidad” es a veces entendida como seguir haciendo lo que otros han hecho de la misma manera que ellos lo hicieron. A mi entender, eso no es “normal”, es conformismo, falta de visión o iniciativa. Por otro lado, ser diferente no es sólo romper esquemas, es también adaptarse a ellos de una manera nueva.

La diferencia no la hace quien se sale de las normas (porque de ser así, los delincuentes serían grandes creativos), sino más bien, quien vive de acuerdo a ellas sin permitir que lo limiten, sabiendo que hay mucho más allá, que innova y genera cambios continuamente. Si bien hay normas que se hicieron para ser violadas (yo me llamo Marianella, gracias a Dios), porque son las que limitan el libre ejercicio del pensamiento y la creatividad, hay otras muchas que son sencillamente para mantener el orden y evitar la anarquía, dentro de las cuales podemos vivir sanamente aun siendo diferentes.

En definitiva, en mi opinión personal, todos somos diferentes dentro de nuestra normalidad.-

14-09-2003

NORMAL II

La discusión sobre lo “normal” y las “normas” me llevó a pensar en la complicación que representa tratar de racionalizarlo todo. Racionalizar lo“irracionalizable”. El empeño en poner cotas a lo intangible. Asumir las cosas desde un único punto de vista, queriendo, sin embargo, tener la visión global. Esto es, aplicar reglas físicas a lo espiritual; querer aprisionar el alma en una caja de cristal; pretender, de manera simplista, ponerle nombre a todo, darle razón a todo, explicar el porqué de cada cosa… y al mismo tiempo, y paradójicamente, anhelar ser etéreo, bohemio, espiritual…

El absurdo tiene diferentes manifestaciones.

Para empezar por el principio. “Normal” viene de “norma” y la primera acepción de la palabra normal es, precisamente, “lo que sigue las normas”. Luego, por extensión, se entiende como normal lo común, lo corriente, lo cotidiano. Pero, por nombrar un ejemplo, es bastante común que maten a alguien para quitarle los zapatos. Pero eso en ningún modo es normal. Solemos llamar normal a lo que nos es común, pero no necesariamente es así. Normal, etimológicamente hablando, significa lo que está apegado a la norma, así que no hay confusión entre ambos términos.

Hasta ahí lo de la normalidad.

Por otro lado, la bohemia no tiene horario, ni parámetros, ni números. La lógica es una cosa y el espíritu va por otro camino, muy distinto. Entonces, a cada cosa es bueno darle el tratamiento que requiere. Así como no pintamos un carro con pintura de caucho, porque no es el tratamiento adecuado, así tampoco podemos aplicarle al espíritu reglas prácticas.

Ser espiritual de tres a siete y racional de ocho a nueve, es restarle pureza a esa primera condición, es coartar la libertad del pensamiento, es escribir poesía en forma de ecuación…

Es como decir “no puedo hacer un viaje astral, porque no tengo real para el pasaje”.

Decir que la creatividad es simple, llana, escueta y vulgarmente “una manera distinta de resolver problemas”, es decir que Cezanne hacía graciosos cubitos, que Beethoven tocaba bonito, que Mozart hizo “cancioncitas lindas”, que a Shakespeare le rimaban los versitos, que Da Vinci si inventaba vainas… O sea, es minimizar la grandeza, vulgarizar la genialidad…

La espiritualidad, la bohemia, la… como se llame… (he ahí una muestra más de lo irracional que ha de ser: ni siquiera tiene un nombre específico) va mucho más allá de la simple y llana razón. Pretender entenderla, corregirla, esquematizarla, reprimirla, analizarla, contextualizarla, es fracasar antes de empezar, porque estaría corrompiendo su naturaleza, desvirtuándola, y al ponerle un nombre o tipificarla o catalogarla, ya no sería lo que es. Habría dejado de ser poesía para convertirse en matemática, habría dejado de ser arte para ser artefacto, habría dejado de ser sublime, para convertirse en un concepto más, trajinado y aporreado por la “ignorancia del conocimiento” o por la “grandeza de la pequeñez”.

Así, apliquémosle la lógica a lo cuantitativo y dejemos el espíritu en libertad. Que de eso vive.

15-09-2003